Como siempre os recomendamos, es necesaria una profunda reflexión y planificación antes de emprender la búsqueda de una casa de vacaciones: ¿Qué tipo de vivienda busco? Si es de temporada (uso exclusivo en verano o invierno), aspectos como un confort térmico eficiente serán relativos: mejor que caliente o refresque la casa rápido. Los aislamientos sí que seguirán siendo importantes. En cambio, en una casa de fin de semana las prestaciones varían, asemejándose más a una vivienda convencional.
Si buscas terreno, siempre conviene asegurarse de que esté urbanizado; de lo contrario, la carga económica asociada a su compra será demasiado elevada. Priorizaremos equipamientos de servicios básicos como alimentación y ocio frente a escuelas o comisarias, por ejemplo. En la mayoría de los casos nos interesará una buena accesibilidad en coche, y, sobre todo cuando busquemos una vivienda para el período estival, nos interesaremos por una buena oferta de ocio al aire libre como parques o zonas deportivas. Si buscamos una vivienda o un piso ya construido, en ese caso pondremos especial atención en aquellos aspectos que nos aseguren un mayor disfrute y ahorro económico a corto plazo.
Las mejoras y reparaciones son inevitables, pero cuantas menos, mejor. Una casa en una zona calurosa conviene que disponga de aleros y porches en la fachada sur, incluso vidrios con control solar en zonas de calor extremo. De hecho interesan más las orientaciones a noreste y sureste en lugar del sur puro. Al contrario ocurre con las casas invernales, en las que buscaremos el aporte calorífico de la radiación solar con ventanas a sur. En este caso deberemos asegurarnos de que la casa está bien aislada, tanto en las fachadas como en ventanas y cubiertas. En el campo de las instalaciones hemos de ser conscientes de que puede ser necesaria una inversión para adecuar la instalación eléctrica a la demanda de potencia de una vivienda altamente equipada.
Confort flexible
A la hora de plantear el diseño de una casa de vacaciones hay una serie de parámetros que adquieren mayor relevancia. En primer lugar sus dimensiones, que variarán en función de la época en que la vayamos a usar. Las viviendas de verano requieren de grandes terrazas, jardines y porches para disfrutar de actividades al aire libre, mientras que aquellas concebidas para su disfrute en períodos invernales deberán sobredimensionar los espacios interiores para que puedan acoger todo tipo de reuniones y celebraciones en su interior.
Las viviendas de uso vacacional permanente deberían concebirse para ambos escenarios, aunque no siempre será posible. En todo caso, una vivienda de estas características ha de potenciar su flexibilidad interior para acoger desde dos a tantas personas como sea necesario. Se priorizarán los espacios de socialización, especialmente la cocina y su relación con la sala y el comedor. De este modo, las personas que se encuentren en una u otra zona siempre percibirán su vinculación con el resto.
En contrapartida, los dormitorios estarán pensados exclusivamente para el descanso, sin grandes armarios, cediendo parte de su superficie teórica al resto de la vivienda. Sí que será indispensable una buena alacena donde disponer de alimentos en buen estado sea cual sea el momento del año en que visitemos la casa.
Equipamiento a medida
En el campo más técnico también hay decisiones que mejorarán nuestra experiencia y supondrán un ahorro. Las viviendas que no están ocupadas duran durante la mayoría del tiempo no precisan de sistemas constructivos de elevada masa puesto que los sistemas de climatización no se benefician de ella. Convendrá en cambio un sistema de construcción ligera que disminuya el coste de la cimentación y acelere el proceso de construcción.
Sí que interesará invertir en un sistema de climatización rápido y con acceso remoto que nos permita preparar la casa horas antes de llegar, complementado con un buen aislamiento térmico para evitar pérdidas térmicas y un sistema de renovación de aire que evite ese típico olor a cerrado, que además puede venir acompañado de humedades y hongos. En el campo de los revestimientos convendrá buscar sistemas de alta durabilidad y bajo mantenimiento, o lo que es lo mismo, suelos cerámicos y pétreos, paredes con arrimaderos, baños alicatados y techos y paredes revestidos con tejidos o vinilos en lugar de pinturas... Todas estas decisiones pueden derivar en un espacio interior de muy bajo mantenimiento.
Bella por más tiempo
Hagamos lo que hagamos, no existe el edificio de mantenimiento nulo, siempre habrá una serie de tareas derivadas del propio uso del mismo. Pero sí que podemos tomar algunas decisiones para ralentizar la degradación de nuestra casa. Sin ir más lejos, la instalación de un sistema automatizado de ventilación evitará la degradación de todos los materiales interiores al mantener una humedad relativa dentro de los límites ideales. En entornos de frío extremo interesará un sistema activo de recirculación de agua para evitar heladas en las cañerías.
Si disponemos de placas solares será conveniente limpiarlas una o dos veces al año, y haremos otra visita a cubierta para limpiar los canalones de residuos que puedan obstruirlos y desencadenar otras patologías. En exteriores siempre será una buena decisión el diseño de un jardín de planta autóctona y hoja perenne junto con materiales de elevada durabilidad como piedras, forjas, tarimas tecnológicas, etcétera, evitando especialmente revestimientos de pintura.
Gozar del sol con mesura
En toda casa de veraneo que se precie, especialmente en nuestra latitud, la arquitectura ha de estar concebida para paliar la radiación solar sin tener que renunciar a los beneficios del sol, que son muchos. En este tipo de viviendas los porches han de ser los protagonistas, especialmente en fachadas orientadas al sur.
Tranquilidad a distancia
En segundas residencias, los sistemas de control remoto de determinadas instalaciones, especialmente la calefacción, la refrigeración o la renovación del aire, adquieren cierta relevancia. Programar el flujo del riego por goteo o comprobar el estado del jardín después de una fuerte tormenta también aumentan nuestra seguridad y tranquilidad frente a posibles accidentes.
Confort de quita y pon
Los sistemas de filtro solar mediante lonas y tejidos tienen su punto débil en la durabilidad: la lluvia, el viento e, incluso, el sol van haciendo mella en ellos hasta que los hemos de sustituir. Plantearlos de forma que sean fácilmente retirables o desmontables supondrá un ahorro a medio plazo, aunque en primera instancia cuesten algo más de dinero. Hoy podemos escogerlos ignífugos, impermeables, imputrescibles, inodoros y un largo etcétera gracias a los avances del sector.
La virtud de la discreción
Uno de los criterios más repetidos por los técnicos especialistas en sistemas antirrobo tiene su base en la concepción del proyecto: es igual lo espectacular y lujosa que sea una vivienda en sus espacios interiores; de cara al exterior ha de parecer lo más austera posible. Este método de prevención probablemente sea el más económico
que existe.
Obras bien asesoradas
Si adquieres una vivienda de segunda mano para convertirla en tu segunda residencia, no olvides consultar a un técnico antes de derribar ningún tabique: podrían ser paredes de carga. Es más, un tabique puede entrar en carga aunque no haya sido diseñado para ello.
Ocio culinario
En vacaciones las prisas ya no existen, y por eso cocinar se convierte en algo más pausado y relajante. Proyecta la cocina desde una perspectiva que traspase la pura funcionalidad para acercarla a una actividad lúdica, con espacios donde sentarse a conversar.
Felicidad compartida
En una casa de vacaciones nos interesa formar parte de un conjunto residencial con equipamientos comunitarios de ocio como piscina, áreas de picnic o zonas boscosas. El aparcamiento y la zona de recogida de residuos también pueden compartirse.
De este modo aumentará la superficie de las zonas de ocio al aire libre, la destinada a los coches estará mejor aprovechada y lo mejor es que todo esto nos costará menos dinero.