Una casa holandesa, con líneas oblicuas en su exterior que se inspiran en los árboles del bosque. Ha sido diseñada por Niels Maier en colaboración con el gabinete de arquitectura Ruimtemakers. En medio de un jardín exuberante, la casa aparece como un espectáculo moderno, compuesto de tres volúmenes apilados que aportan tres funciones domésticas diferentes.

Un volumen primario, en la planta baja, contiene la sala de estar, el comedor y una cocina abierta. La segunda “caja”, de madera de Accoyo, alberga lo que los autores denominan “cocina de sombra”, el almacén, el lavadero y el cuarto de planchado. El tercer volumen, que da nombre a la casa (Oblique House), es de Corian perfilado en líneas oblicuas, que reflejan –dice Niels Maier, responsable de su diseño– “el nido familiar, creando una apariencia única e intemporal”. Este nivel superior acoge los dos dormitorios de los niños, con un baño compartido.

Los diseños, los materiales y sus texturas, especialmente elegidos, aportan un toque de máximo atractivo a la casa. Se trata de materiales nobles, que juegan sensorialmente con las superficies de los elementos tecnológicos. Una rápida atención a algunos detalles –una mesa de mármol, una encimera de acero laminado, la pared negro noche del dormitorio principal – complacen la mirada, con su verde bosque y gris nube. Nos despedimos con un ojo puesto en el revestimiento exterior de Corian blanco, con su rayado de líneas oblicuas entrecruzadas: marca conceptual del Studio Niels.