El espíritu bohemio del barrio de Gràcia de Barcelona favorece la mezcla de estilos, en todos los aspectos. Por sus calles transitan vecinos de toda la vida, que conviven con estudiantes, turistas, y, sobre todo, artistas y músicos. Gràcia acoge cientos de talleres y tiendas de artesanía, junto con estudios de arquitectura y sigue manteniendo esa esencia de pueblo que lo hace tan especial, con antiguas casas, callejuelas y mucha vida en la calle. En este popular barrio barcelonés, en un edificio plurifamiliar de los años 70, Sergi Pons firma la renovación de una vivienda muy compartimentada y ha creado espacios abiertos para relacionarlos a las dos terrazas, "generando así visuales cruzadas", explica.