Ubicado en un entresuelo, este piso en el ensanche barcelonés, es ahora una amplia vivienda de 200 metros cuadrados en la que vive una familia con dos niños pequeños, tras la reforma llevada a cabo por Isabel López Vilalta. "Era un piso que hace unos 15 años se reformó para dividirlo en dos viviendas, así que tenía dos cocinas, dos salones... y una distribución que se tenía que cambiar por completo", nos explica la diseñadora. "Además, las dos viviendas estaban reformadas con materiales distintos y pintadas de colores diferentes así que eso también se tenía que unificar. Por ejemplo, donde actualmente está el despacho se encontraba la cocina de uno de los dos pisos; donde ahora está el salón antes había un dormitorio y donde está el dormitorio principal había un baño", nos cuenta.
La vivienda cuenta con la típica doble orientación de los pisos de este distrito, en este caso al oeste-este, con una zona central menos luminosa para la que se ha tratado de ganar luz natural. "La primera decisión importante fue situar la habitación principal en la zona central del piso acompañándola de un cómodo baño y un espectacular vestidor con una bañera exenta. La otra decisión fue ubicar la cocina, que la familia quería convertirla en el corazón de su hogar, en el lugar más luminoso de la vivienda. En esta zona común, además encontramos una sala de estar con chimenea y el comedor unido a la isla de la cocina por una mesa de madera antigua", explica López Vilalta. Uno de los grandes aciertos de la reforma fue abrir el pasillo, así como resaltar la altura y las molduras existentes, devolviéndole a la vivienda la personalidad que había perdido con la anterior división.