Lo que antes era un sencillo almacén entre medianeras de la ciudad de el Prat de Llobregat, en Barcelona, se ha convertido gracias a la intervención del estudio NeuronaLab en una casa adaptada, funcional y climáticamente, a la vida familiar de sus nuevos dueños. El estudio lo ha logrado a través del contacto de la casa con el exterior, del respeto por su pasado y gracias a la incorporación de espacios intermedios e indefinidos que la familia irá adaptando a sus necesidades con el tiempo.
Según explican desde el estudio, liderado por la arquitecta Ana García López, la vivienda original inicialmente era una construcción típica entre medianeras con un techo a dos aguas y dos fachadas opuestas, una de ella dando a la calle del centro del municipio. En la intervención "se ha generado un lucernario horizontal que permite la entrada de sol en invierno y la ventilación cruzada tan beneficiosa para conseguir un buen ambiente interior".
Así, en la casa se le ha dado mucha importancia a los espacios de transición entre lo público y lo privado sin dejar a un lado el necesario confort climático en una zona como esta y en todos los espacios de la casa, incluido el patio. "En un clima cada vez más extremado, donde los veranos son realmente calurosos, es necesario crear espacios intermedios o zonas intersticiales. En este caso se ha optado por retirar el cerramiento del plano de fachada, para crear un pequeño voladizo-porche, enfatizado por una solución tradicional a base de persianas enrollables de madera para conseguir una generosa zona de sombra que consigue atenuar el calor para que no se caliente la vivienda durante los meses estivales", señalan desde el estudio. Además, este elemento se puede enrollar o retirar en invierno para permitir así que el sol entre hasta la cocina.
En la distribución de la nueva vivienda, el uso futuro que puedan darle sus nuevos propietarios ha sido primordial. Los clientes son una pareja con un niño pequeño con intención de ampliar la familia por lo que se han incorporado zonas para descansar, jugar, cocinar o comer. "Pero la casa permite un grado de indefinición en espacios como el altillo, el cobertizo del patio e incluso la zona previa a la entrada porque lo que verdaderamente ofrece flexibilidad en una casa no son los tabiques móviles o los muebles transformables, sino precisamente la creación de estancias sin un uso definido", explican. "El paso del tiempo y sus habitantes dirán".
En cuanto a los materiales, desde NeuronaLab han optado por conservar los elementos principales más característicos de la casa: las vigas de hormigón o de madera, las bovedillas cerámicas y la cubierta de teja. Además se han mezclado con materiales nuevos pero duraderos y honestos como el hormigón armado pulido, la madera de abeto y la piedra natural. Con la reforma también se han añadido en la casa elementos que fomentar su aprovechamiento de la energía como una instalación de aerotermia, suelo radiante, recuperadores de aire, descalcificador, ósmosis y posibilidad de instalar placas fotovoltaicas. "Todos los revestimientos y pinturas se han estudiado y propuesto desde un punto de vista saludable tanto para el medio ambiente como para sus habitantes", aclaran desde el estudio.