Cuando los propietarios adquirieron en el pequeño pueblo de Podluží (República Checa) una parcela en pendiente, con vistas a las colinas de Palava, encargaron al estudio checo Senaa arqchitekti que ideara una casa familiar para el espacio. Para la nueva construcción no se ha tenido en cuenta el diseño de fila tradicional de las aldeas locales. En la zona las casas no están adosadas, se yerguen solitarias sin ningún rasgo unificador, así que el desafío para los arquitectos consistió en diseñar la vida contemporánea en un vecindario de pueblo que consiste principalmente en casas de "catálogo". El resultado es una casa en la que predomina la asimetría y las estrategias de la arquitectura clásica, que aglutina habitaciones y servicios en la planta baja y los usos comunes en la planta primera, con salida a la terraza ajardinada.