Toda la tradición portuguesa resumida en esta casa ubicada en la villa de Mértola, en el corazón del Alentejo portugués. Y eso fue precisamente lo que el estudio de Margarida Matías, Arkstudio, quiso poner en valor y realzar todavía más. "La vivienda tiene un estilo antiguo compuesto por elementos de la arquitectura tradicional portuguesa, cuyas características vernáculas más llamativas son los materiales de construcción, como las paredes en mampostería de piedra recubierta con cal, el suelo en terracota y madera, el revestimiento térmico del techo en teja con caña, y elementos compositivos como ventanas y postes con persianas, así como armarios empotrados en las paredes y azotea".
El objetivo del proyecto era "adaptar una casa tradicional a los requerimientos actuales sin desmerecer la belleza de su arquitectura, buscábamos potenciar la estética de los procesos de paso del tiempo sobre los espacios. Lo cierto es que la casa existente fue la gran inspiración para este proyecto".
Geometría original
La casa se distribuye en tres plantas y media compuesta por dos patios desalineados y azotea, y lo que se buscó fue mantener la geometría original de la casa para que la intervención consistiera solo en adaptarse a la necesidades de vida actuales. "Nos encontramos una vivienda muy deteriorada, donde los espacios funcionales de cocina y baño no eran muy habitables. Creo que proponer una nueva ambientación para estos dos espacios fue muy gratificante". Para todo el proyecto se utilizaron técnicas constructivas tradicionales, como revestimientos de cal sobre mampostería de piedra, suelos de terracota o piedra para recuperar el espacio. La mayoría de las carpinterías se mantuvieron con intervenciones puntuales. De hecho, no hubo ningún tipo de intervención a nivel estructural, se mantuvieron todos los muros y se trabajó el espacio dentro de los límites existentes.
En la planta baja hay un acceso principal, en la primera planta encontramos una cocina, un aseo, dos dormitorios y un salón con salida al patio. La planta intermedia está formada por un salón con chimenea, y existe un tercer piso que consta de un dormitorio y un segundo patio. Sobre este espacio hay una azotea a la que se accede por una escalera exterior existente en el primer patio.
Se apostó por una gama de colores neutros con la idea de generar armonía con los colores existentes, el blanco de la cal y el rojo sangre de buey de las puertas y ventanas. Y cuando se le pregunta al estudio qué elementos destacaría, no lo duda: las escaleras y la azotea. "Las primeras resultan muy llamativas en todo el edificio porque crean unidad, tiene una estructura en diferentes niveles que es bastante compleja. Y la azotea es un elemento destacado en todo el conjunto por la posibilidad de vistas que crea sobre el paisaje". A vivir tranquilos.