La propietaria de Ovenecká 33, una vivienda de planta abierta de unos 200 metros cuadrados en Praga, quería que su espacio vital sirviera también de centro creativo para artistas residentes, así como lugar de exposiciones y reuniones sociales. Para dar forma a su necesidad encargó el proyecto a Objektor Architekti, que ideó el espacio con la personalizar las zonas de estar según el estado de ánimo y las preferencias.
Según los arquitectos, el diseño busca crear un espacio vital dinámico que funcione como un lienzo para la imaginación. Su ambiente está en constante cambio, influido por la hora del día, el movimiento del sol y los intrincados patrones de estuco que adornan las paredes. "Algunas atmósferas son fugaces, desaparecen con el tiempo, otras son estáticas, experimentables concretamente y ligadas al movimiento físico", tal como describe el equipo de este apartamento dividido en tres zonas.