¿Cómo se crea un espacio habitable en un apartamento grande con varias habitaciones y evitar, a su vez, la presencia de puertas que no quiere el cliente mientras se mantiene un nivel adecuado de privacidad y división entre los diferentes espacios funcionales? Este fue el desafío al que se enfrentó la arquitecta Markéta Bromová, al frente del estudio homónimo, en esta vivienda de 97 metros cuadrados ubicada en la ciudad de Praga. "Para conseguirlo", explica su artífice, "tratamos de limpiar todo el espacio, para usar los parámetros estructurales y técnicos que existían en el apartamento. La estructura del suelo de hormigón armado quedó expuesta a la vista y le dio a la vivienda un carácter más crudo y brutalista.