La historia de la Catedral de Mejorada del Campo (One Man Cathedral) es única en el mundo. Su creador, Justo Gallego Martínez, dedicó 60 años para levantar este edificio con materiales reciclados y de forma totalmente autodidacta. Hace unos días, falleció con 96 años dejando la obra inacabada. ¿Qué pasará con este templo de estilo único que es visitado por miles de turistas y que se ha convertido en un caso único de la historia de la arquitectura? ¿Será protegido para preservar su existencia? ¿Será terminado en algún momento?
La historia de Justo y su Catedral
La historia de la catedral comenzó a ser conocida en 2004, cuando desde el MOMA invitaron a Justo Gallego a participar en la exposición Real Royal Trip. Un año después, en 2005, alcanzó la fama mundial tras aparecer en la campaña publicitaria de Aquarius, gracias a la que consiguió muchos fondos para continuar su trabajo. El agricultor Justo Gallego comenzó la construcción de este templo en 1961, con sus propias manos y ningún recurso. Empezó el proyecto tras superar la tuberculosis y después de que le echaran del monasterio en el que vivía, momento en que decidió consagrar su vida a construir un templo a la Virgen del Pilar y lo cumplió a rajatabla.
Utilizando materiales reciclados encontrados y con un diseño en el que la improvisación y la genialidad se distribuyen a partes iguales. Sin planos y con ladrillos y argamasa, fue construyendo arcos, bóvedas, pilares y fachadas. Una estructura de 4.700 metros cuadrados, 50 metros de altura, 12 torreones de 60 metros, 28 cúpulas, una cripta subterránea y más de dos mil vidrieras. Según contaba Justo Gallego, se inspiró en la Basílica de San Pedro de Roma y se formó con libros sobre catedrales y castillos. Los materiales empleados siempre han sido donados y reciclados, la mayoría de fábricas cercanas y algunos, incluso, desde China. Ladrillos, latas de pintura, hierros, ruedas de bicicletas... Así toda la vida hasta el pasado domingo, cuando falleció en la misma habitación adjunta a la catedral que él mismo construyó.
La situación actual del edificio
Durante los últimos 24 años, contó con Ángel López como ayudante quien ahora recibe su legado y es el actual propietario (por testamento). Ángel vive con su mujer y sus dos hijos en la Catedral y tiene el objetivo de continuar con la construcción. Pero esta se puede enfrentar a numerosas complicaciones. Por un lado, la obra no tiene licencias ni está sujeta a la normativa municipal. Tampoco está aceptada como iglesia oficialmente. Sin embargo, el ayuntamiento de Mejorada del Campo, que otorgó a Justo Gallego la medalla de Hijo Predilecto de la ciudad el pasado mes de noviembre, anunció que ya se ha abierto un expediente para tramitar que el edificio sea declarado Bien de Interés Cultural por la Comunidad de Madrid. Si este proceso sigue adelante y prolifera, la Catedral quedaría protegida.
Cuando la salud de Justo comenzó a decaer, hace ocho meses, Justo y Ángel tomaron la decisión de donar el proyecto a la ONG Mensajeros de la Paz, cuyo presidente se comprometió a terminar el proyecto en dos años. Para empezar, contrató a la empresa de ingeniería estructural Calter, especializada en rehabilitación y edificación, que ha trabajado en obras como el Bernabéu y las Torres de Colón.
Los arquitectos de Calter derribaron cuatro cúpulas por exceso de peso y declararon hace apenas un mes que el resto del edificio se encontraba en perfectas condiciones y con una estructura sólida. "Es increíble que hayan construido esta catedral a escala sin planos y sin proyectos y que lo haya hecho una sola persona", explica Jesús Jiménez, director de edificación de Calter. La construcción, perfectamente construida a escala, dispone de un sistema estructural rígido que, como ellos mismos comentan, ha demostrado ser resistente con el paso de los años e, incluso, con fenómenos como la gran nevada de Filomena que vivimos en enero de este año. El suelo de la nave central, como cuentan los arquitectos, también ha demostrado su resistencia al sostener a camiones y contenedores. “Es aún más sorprendente que esta construcción inmensa tenga detalles como la escalera principal que denota un gusto por el paisaje poco convencional”, explica Juan Carlos Arroyo ingeniero y presidente de Calter.