África ya tiene su catedral del arte contemporáneo, un epíteto que sin duda se merece el edificio tanto por su grandiosidad como por su singular aspecto. El nuevo museo Zeitz MOCAA, recién inaugurado en Ciudad del Cabo, ocupa un antiguo silo construido en 1920 en los muelles de la ciudad sudafricana y de ahí su porte, mientras que la intervención por parte del estudio del londinense Thomas Heatherwick ha conseguido que su visita suponga meterse en la entrañas de… un órgano. La estructura tubular del edificio daba pie a este juego.
El silo, cuyo fin era almacenar grano hasta que cayó en desuso en 1990 y que en su momento fue el edificio más alto del continente, abarca 9.500 metros cuadrados a lo largo de nueve pisos, donde se ha llevado a cabo un auténtico trabajo de arqueología, consistente más en sustraer que en construir. Sus 42 tubos se horadaron con diversos cortes para dejar al descubierto un sistema constructivo celular en el que se reparten 80 espacios expositivos. Los perfiles de basto hormigón se pulieron para dotarle de elegancia a la obra y se añadió vidrio laminado en algunos puntos con dibujos del artista africano El Loko.
La entrada resulta espectacular, al recibir al visitante un atrio que se eleva hasta los 27 metros, mientras que la torre la ocupa un hotel de lujo ya abierto. Las ventanas puestas en los huecos de hormigón tienen forma facetada para llevar luz al atrio y crear un reflejo caleidoscópico como de bola de discoteca. Quien mira a ellas ve a un tiempo Robben Island –la isla donde estuvo preso Nelson Mandela–, la grandiosa Table Mountain y el mismo cielo.
El museo Zeitz MOCAA se ubica en el turístico centro de ocio V&A Waterfront, levantado sobre las instalaciones portuarias de Ciudad del Cabo. Gran parte de los fondos para su funcionamiento los aporta Jochen Zeitz, antiguo director general de la marca de calzado deportivo Puma y hoy al frente de la fundación que lleva su nombre, la cual financia proyectos de muy diversa índole por todo el mundo.