Estamos seguros de que las redes sociales en general, e Instagram en particular, se llenarán de imágenes que retratarán desde todos los ángulos posibles una de las mesas auxiliares más bellas y fotogénicas que hemos visto en mucho tiempo. Se trata de Plisago, un diseño del estudio de Hamburgo Besau-Marguerre comisionado por la casa de porcelanas Fürstenberg, de Baja Sajonia, uno de los fabricantes de porcelana más antiguos y con mayor renombre de toda Europa desde mediados del siglo XVIII. Por algo se le considera popularmente, dada su excelencia, "el oro blanco del río Weser".
Pese a su fragilidad no cabe duda de que esta es una de esas mesillas que lucen por sí solas allá donde se dispongan. Y, además, es una muestra clara de que las más antiguas y las más modernas técnicas de fabricación pueden conjugarse sin problemas. Por qué, te estarás preguntando. Pues básicamente porque más allá de la siempre clásica cerámica, el estudio Besau-Marguerre empleó un programa de software CAD especialmente diseñado para el proyecto, generando un diseño que combina de forma lúdica líneas rectas y asimetría, así como algoritmos y algo de azar. Tal como sus creadores afirman, estamos ante "un proceso de diseño generativo".
Compuesta de dos cilindros cónicos interconectados, Plisago está decorada (como su nombre bien indica) de un intrincado plisado que otorga a la pieza de una cualidad casi téxtil pese a estar hablando de una cerámica. No nos extraña lo más mínimo que dicha mesa auxiliar haya sido galardonada con el principal premio de los recientes German Design Award de 2019. Está disponible en dos tamaños (además de en una versión en miniatura) y en dos colores igual de elegantes: en majestuoso blanco y en delicado rosado. Los piropos que está cosechando están mucho más que justificadfos, no cabe duda.