La cama matrimonial comenzó con la Revolución Industrial. ¿La razón? Las personas se mudaban a barrios sobrepoblados y ciudades con poco espacio para vivir. Antes de la época victoriana, era común que las parejas casadas durmieran separadas.
Ahora no estamos en el siglo XIX, pero sobre la cabeza de algunas parejas vuelve a planear la idea de dormir separados. Instalan dos camas individuales en la misma habitación, y listo.
Esto cobra sentido en relación a las informaciones que aseguran que compartir cama es malo para la salud. El doctor Neil Stanley, especialista en trastornos de sueño, explicó en el British Science Festival cómo compartir cama puede resultar perjudicial tanto por los ronquidos como por el "robo" de la manta. Muchas personas experimentan interrupciones del sueño debido a los movimientos de su pareja o incluso a su calor corporal.
También desde Inglaterra, el doctor Robert Meadows, sociólogo de la Universidad de Surrey, llevó a cabo un estudio y encontró que, cuando las parejas comparten cama y una de ellas se mueve, hay un 50% de probabilidades de que el sueño de la otra se vea afectado.
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Proyecto El Limonar de Alberto Torres.
Amador Toril Estilismo: Beatriz Sánchez
Priorizar el descanso está detrás de esta decisión que toman cada vez más parejas contemporáneas. El sueño reparador se traduce en un mejor estado de ánimo y en una mayor energía. Descanso de calidad. Disponer de un espacio propio para dormir da cierta sensación de libertad.
Hay quien puede ver falta de romanticismo en esta determinación. Sin embargo, sus defensores sostienen que no es falta de conexión, sino una nueva forma de fortalecer la relación desde el respeto y el bienestar individual. Y el hecho de estar más relajado puede favorecer una comunicación más fluida con la pareja. Disfrutar de la relación sin sacrificar el sueño.
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Camas separadas en la misma habitación en este proyecto de Pia Capdevila en Barcelona.
Cortesía de Pia Capdevila
Una vez tomada la decisión, toca hablar del diseño. Porque se puede dormir separados pero compartir cabecero. Y, en este sentido, hay propuestas muy variadas: desde modelos más clásicos hasta opciones más arriesgadas. Otra opción para unificar es recurrir al papel pintado en la pared de los cabeceros. Los motivos vegetales funcionan muy bien en estas ocasiones.
Por lo que respecta a las mesitas de noche, la opción más lógica parece ser que cada individuo tenga la suya, pero hay quien prefiere compartirla. En estos casos, se aconseja un modelo más grande para que tengan cabida los objetos de los dos, incluidas las dos lámparas, a no ser que se opte por dos modelos empotrados en la pared.
Dormir juntos o dormir separados, esa es la cuestión. Los estudios dicen que los nacidos entre 1981 y 1996 son los que más practican el Sleep divorce, seguidos de la generación X (nacidos entre 1965 y 1980), con un 33%; la generación Z (nacidos entre 1997 y 2012), con un 28%; y finalmente los baby boomers (nacidos entre 1946 y 1964), con un 22%. El Sleep divorce es un término que también hace referencia a los que optan por dormir en camas separadas y también en habitaciones separadas, pero ese ya es otro tema.