¿Tenemos ganas de comer? Es fácil de solucionar: a través de las pantallas tenemos infinidad de menús a nuestra disposición y solo tenemos que pulsar un botón para que nos llegue la comida a casa, sin necesidad de comprar los alimentos ni de cocinarlos. ¿Queremos estrenar una camisa recién incorporada al catálogo de una colección? Con el mismo sistema, gracias a las aplicaciones, podemos hacerlo realidad. Hoy vivimos en la inmediatez y podemos experimentar todo tipo de experiencia a gran velocidad, fast living, se llama.
¿Cómo nace el movimiento slow?
Frente a esta vorágine ha surgido el denominado slow living, que es justo lo contrario. Es decir, apostar por la lentitud en aspectos clave de la vida. Se cuenta que el movimiento slow se inició en Roma como protesta a la apertura de un McDonald’s en la Plaza de España, donde nació la organización Slow Food contra la estandarización de la gastronomía. Según esta forma de vida se busca ser consciente y rechazar esa aceleración sin límite del mundo actual, en la medida de lo posible.
Esta filosofía se slow se basa en la desaceleración para vivir el momento presente y disfrutar plena y conscientemente del ahora. Esta corriente también ha llegado al mundo de la decoración. Los interiores slow trascienden tendencias para generar ambientes a tono con los valores de quienes los habitan. Son diseños que conducen a la calma y al disfrute del devenir del tiempo.
El libro recientemente publicado Slow Living: Feel-Good Spacesfor contemporary Life, de la editorial especializada en arquitectura LOFT PUBLICATIONS, hace un recorrido por espacios que invitan a asumir una perspectiva más pausada y son una respuesta al acelerado estilo de vida de la actualidad.
Con textos de Daniela Santos Quartino, periodista especializada y editora de libros de arquitectura y diseño, la publicación recopila proyectos de diseñadores de interiores y arquitectos de todo el mundo que abrazan estos principios, y dan cuenta de un sentir que ha estado gestándose durante mucho tiempo con el resurgimiento del minimalismo y la revalorización del wabi sabi japonés.
A lo largo de sus 240 páginas se puede descubrir que, por ejemplo, una casa antigua en la campiña francesa y un condominio de lujo en Singapur tienen mucho en común con una villa en el Algarve portugués, o un apartamento en París. A todos los espacios escogidos les une que conducen al bienestar, están inspirados en la naturaleza, orientados a la sostenibilidad y cimentados sobre la tradición en el saber hacer artesanal.