Conocido sobre todo por sus proyectos experimentales, en los que trasciende los límites del arte, el diseño y la arquitectura, Tokujin Yoshioka es reconocido actualmente como uno de los creadores internacionales más influyentes del momento. Sus diseños, más allá de su condición de productos comerciales, tienen una dimensión poética que emana de su constante indagación acerca de la forma, el color y la textura.
Uno de los temas que atraen de forma recurrente a Yoshioka es la luz y su interacción con el hombre y el espacio. Es algo que ya ha abordado en anteriores proyectos (Rainbow Church, Crystalize, Kou-An Glass Tea House), y que vuelve a tratar en su nueva instalación Spectrum, que acoge la galería Shiseido de Ginza, en Tokio, del 13 de enero al 26 de marzo. "No hay nada más hermoso que la luz natural", afirma Yoshioka. "La luz no tiene forma, pero posee un aura mística que puede cambiar la atmósfera y resonar con nuestras emociones interiores". Para él, la transparencia es el "color" más próximo a la luz, y lo utiliza como material.
Spectrum ofrece un viaje casi místico a través de la luz por medio de una escultura mural de 200 prismas poliédricos transparentes que reflejan la luz, la descomponen en los colores del arcoiris y los proyectan en el espacio, creando espectaculares juegos visuales que sumergen al visitante en una experiencia sensorial y emocional. "He estudiado y experimentado con la luz natural a menudo porque es un fenómeno único", añade el creador. "En el proceso he comprendido el carácter impredecible de la luz y he intentado reproducir su belleza sublime desde mi propia perspectiva".
Aunque en sus proyectos no haya referencias formales a la cultura japonesa, sí puede rastrearse la especial relación del mundo nipón con la Naturaleza. "Para nosotros la vida emana de una sensación de energía o una especie de aura proyectada por el mundo natural. En mi trabajo trato de transmitir esa fuerza. Si nos centramos demasiado en el estilo, es difícil apreciar la esencia".