Fernando Salas, Carlos Ferrater, Ramón Úbeda, Juli Capella, Marta Ventós, Jordi Veciana... y así hasta 45 amigos, incluyendo, por supuesto, a los fundadores de la empresa: Oscar Tusquets, Pep Bonet, Cristian Cirici, Lluís Clotet y Mireia Riera. La fiesta con la que BD Barcelona Design celebró en su showroom de Barcelona el 10 de noviembre de 2017 sus cuatro décadas y media de trayectoria fue un selecto "quién es quién" de la historia reciente del diseño español. Una ocasión para reunir a colegas y cómplices que han ayudado a convertir esta marca en una de las más influyentes y destacadas de la creatividad española. La revista Arquitectura y Diseño tuvo el privilegio de estar allí para ser testigo de ello.
Ejercieron de maestros de ceremonias del evento Mireia Riera y Jordi Arnau, director general de BD, quienes hicieron una breve presentación antes de dar paso a la comida de celebración. Ayudados por imágenes proyectadas, explicaron los orígenes de la empresa allá por el año 72 en la mítica discoteca Bocaccio de Barcelona –el corazón de la gauche divine–, de la que tomó su primer nombre (Bocaccio Design), su vocación iconoclasta y rompedora de primera hora compatible con la reivindicación de los diseños tradicionales con valor cultural –una voluntad ya manifestada en su carta fundacional–, y la consolidación a lo largo de los años a través de las colaboraciones con destacados creadores, sancionada por los numerosos premios de diseño que han recogido en todo este tiempo.
El evento se sumó a la reciente publicación de un extraordinario libro en el que Ramón Úbeda, director creativo de la firma desde hace veinte años, explica cómo la defensa del eclecticismo y de la libertad creativa ha recorrido la identidad de BD desde sus inicios hasta la actualidad. Sus fundadores y todavía actuales propietarios siempre han cultivado la belleza combinando los procesos artesanales con las tecnologías industriales, alejándose de la producción masiva.
El catálogo de BD ha contado con los primeros diseños de Álvaro Siza, las propuestas contraculturales de Ettore Sottsass, los taburetes de Mariscal o las alfombras de Alessandro Mendini, por citar solo algunos insignes creadores. En los años ochenta abanderó la edad de oro del diseño nacional y a comienzos de los noventa sorprendió presentando en exclusiva la primera colección de muebles diseñados por Salvador Dalí, a la que se sumó también la reedición de las fascinantes piezas que Antoni Gaudí proyectó para algunas de sus obras más emblemáticas.
Hoy, la firma sigue asombrando con colaboraciones de Konsantin Grcic, Jaime Hayon, Doshi Levien, los hermanos Campana o Cristian Zuzunaga, todos ellos con un marcado perfil artístico, como corresponde a una empresa tan atípica como imprescindible.