LlopMadrid se gestó durante la pandemia, con una colección de prendas que representaba un tributo a los abuelos de su fundador, Alex Llop, que emigraron desde el sur a Cataluña, "para buscarse la vida". Con la atemporalidad y sencillez del tradicional cuadro farcell (que se utilizaba para fardos o hatillos) como hilo conductor, lanzó una colección de ropa confeccionada con tejidos naturales producidos a mano en España, en una gama cromática donde están presentes los rojizos, el verde, los tonos arena y ocres, de clara referencia a los paisajes "que recuerdan mis veranos en el Ampurdán", cuenta desde su establecimiento.
En su tienda, que también es una galería, además de su colección de ropa, encontramos una cuidada selección de artes plásticas y piezas de barro, cera y cristal trabajado con distintas técnicas. Todo, por supuesto, cuidadosamente escogido.
El local, inaugurado en abril de este año, busca ser "un pedacito del Mediterráneo en el Barrio de las Letras". En sus dos plantas, Álex ha apostado por el impoluto blanco, desde el suelo de cemento pulido rematado con epoxy hasta las columnas, el pladur de las paredes o las bóvedas del techo. "La idea es crear una atmósfera mediterránea, que aluda a lugares como la casita de Portilligat, de Dalí, o cualquier esquina de Cadaqués".
Para esta tienda-galería, Llop ha escogido velas, candelabros, jarrones, pintura, escultura, maceteros, el matamoscas de Milá e incluso botijos. "La mayoría de los artistas con los que trabajo están con nosotros en exclusiva", comenta. Así, quien se acerque a esta tienda en la calle San Pedro puede encontrar lámparas de Tonia Fuster e Inma Peroli y cerámica de Nuria Soler Romeo o Marta Bonilla. Un espacio de reciente factura que está destinado a ser visita obligada para los amantes de las piezas con alma.