La moda le llegó a Ines de la Fressange por casualidad. Estudiaba historia del arte en París cuando decidió probar suerte como modelo para ganar algo de dinero. La actitud de la joven de apellido noble llamó la atención del que sería su padrino, Karl Lagerfeld, que le convirtió en embajadora de Chanel. Tras esto, la fama mundial. Actualmente es un icono de estilo, consultora de moda y diseñadora. El último proyecto de la representante del chic francés está relacionado con el interiorismo. caba de reflejar su personalidad y estilo con una colaboración con la firma Mobalpa, en la que ha rememorado su infancia ideando una mini cabaña inspirada en las casitas del árbol que se ha bautizado como El sueño de Inés.
El objetivo era hacer realidad un lugar dedicado a la evasión, al recogimiento y al disfrute de la naturaleza desde el punto de vista de la diseñadora. El resultado de materializar la imaginación y el sueño de Ines dio lugar a una mágica cabaña donde esconderse, relajarse y encontrar de nuevo su alma infantil. El proceso de la decoración de interiores, según cuenta la aristócrata, no es muy diferente al de la alta costura. "La elección de los materiales es importante, la calidad también. Estoy acostumbrada al mundo de la alta costura, a las cosas hechas a medida, exactamente a gusto de la persona y adaptadas a su tamaño… y al final eso es lo que hace Mobalpa con los espacios", explica.
En tan solo 22 metros cuadrados, Ines ha creado un espacio confortable y reconfortante a la vez, a imagen y semejanza de la modelo, en el que todo se ha aprovechado hasta el último milímetro en los tres espacios distintos, entrelazados unos con otros para dar lugar a varios usos que tienen a la madera como denominador común. Además, en la mini casa no hay cocina, sino una 'estancia concepto' con mucha autenticidad, una verdadera oda a los sueños de la infancia y a las cabañas en los árboles.