La pintura a la tiza sirve para todo, es capaz de recrear diferentes estilos y permite dar una nueva vida a cualquier mueble que tengamos en casa, de una manera sencilla y económica, solo cambiando el color. Esta técnica además de ayudarnos a cambiar la decoración, nos hace sacar nuestra vena manitas incluso a quien no manifiesta especial destreza con el DIY. Es una pintura natural, sin acrílicos y no tóxica que triunfa porque es muy fácil de aplicar. Y todo gracias a la interiorista británica Annie Sloan, quien cuando no encontraba las pinturas a su gusto, creó el chalk paint, un producto que permite trabajar sobre un mueble en pocas horas, sin necesidad de lijado y encerado. La experta nos da las claves para usar este producto.