El estilo minimalista se caracteriza por buscar la belleza en la sencillez. La decoración de interiores con esta estética busca provocar emociones a través de la serenidad, por lo que requiere de planificación igual que cualquier otro estilo. No se trata de quitar todo lo superfluo y dejar solo lo imprescindible, sino de deshacerse de lo que sea repetitivo o innecesario y quedarse con lo que tenga utilidad y sentido para este nuevo modo de vida (estas casas españolas son un buen ejemplo). De esta forma se consiguen espacios sofisticados, fluidos y amplios que irradian calma y tranquilidad.
Una forma fácil de empezar a tener una casa con estilo minimalista es optar por paredes neutrales, una paleta de tonalidades suave y materiales naturales, nada de distracciones que rompan la atmósfera serena. El salón, corazón de toda casa, es la habitación perfecta para empezar a introducir el minimalismo, ya que tendemos a recargarlo con objetos que no necesitamos. No quiere decir que tengamos que tirar toda la decoración, sino que es mejor reducirla al mínimo y con detalles que sean significativos o tengan un valor especial. Aparte de los detalles, estos son los muebles que todo salón minimalista debería tener.