El estudio de arquitectura valenciano Fran Silvestre Arquitectos ha vuelto a superarse con un nuevo reto: una vivienda que plantea un diálogo radical entre el pasado y lo contemporáneo. En la bautizada como Casa Vacía, la fachada protegida por la normativa urbanística esconde una construcción adecuada a las necesidades actuales.
Situada en la calle principal de un pueblo cercano a Valencia, esta construcción forma parte de la historia del siglo XX y para actualizarla el estudio vació el espacio interior en ruinas y lo recuperó de manera innovadora con su personalísimo estilo que busca espacios continuos y sin apoyos, aparentemente imposibles en la arquitectura. El interior mantiene una atmósfera de lujo discreto, basada en una expansiva y relajada extensión espacial que el arquitecto logra a través de un esfuerzo, en gran medida invisible y en el que queda patente la sombra de su maestro Alvaro Siza, con el que trabajó al licenciarse.