¿Cuál es el secreto de la longevidad de un modelo de coche? No basta con saber capturar el zeitgeist de la época, los valores culturales, sociales y estéticos de un momento; hay que saber evolucionar al compás de los cambios y, si es preciso reinventarse si los nuevos tiempos imponen nuevos gustos y expectativas respecto de lo que se espera de un vehículo.
El Nissan Micra es uno de esos pocos coches elegidos que han sabido sortear los profundos cambios que ha experimentado la sociedad de consumo en las últimas cuatro décadas. Lanzado en 1982, acaba de estrenar la quinta generación con una imagen radicalmente diferente de sus predecesores, más deportiva y emocional, en parte para "reconquistar" al consumidor masculino que se había alejado de la imagen simpática y femenina, encarnada por líneas redondas, de las generaciones anteriores.
Arquitectura y Diseño, junto con otras publicaciones españolas, tuvo la oportunidad de conocer la historia de esta evolución en un workshop impartido recientemente en el IED de Milán por el experto en diseño y marketing aplicados al sector automovilístico Davide Tealdi. El evento también sirvió para asistir a una demostración de la creación de un prototipo de vehículo a partir de las herramientas digitales con que cuentan actualmente los diseñadores de la industria de la automoción.
En el diseño de automóviles se reconocen cuatro ejes que determinan la orientación de un modelo hacia uno u otro segmento de consumo: el diseño racional, la compatibilidad, el estilo emocional y la deportividad. Según Tealdi, la evolución de las diferentes generaciones del Micra es la que va de la "racionalidad geométrica" a la "geometría emocional". El resultado de la última versión es un coche dirigido al gusto europeo (no se comercializa en Japón), tanto a mujeres como hombres, que adopta una línea dinámica y ágil, con un perfil más bajo y ancho.