Logroño está de fiesta. Y no lo decimos porque estos días se conmemore al Santo Bernabé (patrón de la ciudad) sino porque la ciudad se celebra a sí misma gracias a una nueva edición, ya la novena, de Concéntrico, el Festival Internacional de Arquitectura de Logroño. "La ciudad es todos y de nadie, es de los creadores y de la gente, de los que viven aquí y de los que nos visitan"; así describe Javier Peña Ibáñez, su director, el espíritu alegre y creativo y la vocación de compartir el trabajo con todos. 

A punto de cumplir una década, Concéntrico ha conseguido algo muy difícil: no caer en la autocomplacencia, pensar que todo está hecho o repetir fórmulas. La experimentación, el pensamiento crítico, el llevar a la realidad propuestas audaces y arriesgadas y colocar a la ciudad (y a sus instituciones) en una posición de cuestionamiento constante (al menos por unos días, del 27 de abril al 2 de mayo) siguen estando tan presentes como en la primera edición. 

 

Artistas de más de 15 países, un extenso programa con 21 intervenciones, encuentros y actividades que suman el trabajo de más de 100 profesionales dan para generar mucha conversación "que es de lo que, al final, están hechos los espacios comunes donde convivimos". No podemos estar más de acuerdo. Hay que pensar y hay mucho de qué hablar en relación a las ciudades que queremos para el futuro. Por ahora, tienen la palabras estas 9 intervenciones, lo más destacado de la edición.

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Fuente Urbana, de Un Parell d’Arquitectes
Josema Cutillas

Fuente Urbana, de Un Parell d’Arquitectes

Hubo una época en la que las fuentes urbanas eran símbolo de la riqueza de una ciudad. Bajo esta premisa, Un Parell d’Arquitectes ha recuperado la fuente como símbolo de urbanidad, que tiene más que ver con la arquitectura que con el mobiliario. Esta fuente efímera reconfigura el cruce entre la plaza de San Agustín y la calle Portales, y homenajea a esas fuentes barrocas pero con esculturas hinchables de animales y un circuito a la vista. Divertidísima.

Jardín de las intersecciones, de Studio Ossidiana
Josema Cutillas

Jardín de las intersecciones, de Studio Ossidiana

Una de las instalaciones más celebradas de esta edición, y quizá la más interactiva, es la planteada por el Studio Ossidiana (Países Bajos) en la Plaza de San Bartolomé. Varios paneles de madera con colores y formas diferentes demarcan el espacio urbano y lo transforman en un lugar de juego y exploración. El suelo de las distintas habitaciones están cubiertos de gravilla, arena y hasta un juego de damas. Poético y sugerente, el conjunto reformula el patrimonio de la ciudad (las almenas minaretes, arcos y ventanas) invitando a la diversión.

Mesa elevada en el paisaje, por Jennyfher Alvarado + Álvaro Gonzalez
Josema Cutillas

Mesa elevada en el paisaje, por Jennyfher Alvarado + Álvaro Gonzalez

A veces, hay que salir de la ciudad para comprender la ciudad y el paisaje que nos rodea, y por tanto, nuestra historia. Este dúo de arquitectos recién licenciados ha hecho una de las instalaciones más llamativas de Concéntrico 2023. Ubicada en medio de uno de los viñedos de Bodegas LAN, Villa Lanciano, en las cercanías de la ciudad de Logroño (y del río Ebro), este pabellón está concebido como un mirador desde el que poder contemplar el territorio, donde  la naturaleza "virgen" se funde con aquella creada por el hombre.

Sombra proyectada, de Camille Walala
Josema Cutillas

Sombra proyectada, de Camille Walala

La francesa Camile Walala ha sido la responsable de darle entidad, identidad y sombra a la Plaza sin nombre, uno de los emplazamientos más complicados de todos: está alejado del centro y es uno de esos espacios urbanos sin sombra, sin parque y sin gente, donde uno se plantea el sentido real de los planteamientos urbanísticos actuales. De forma consciente o inconsciente, Walala ha revisitado el movimiento Memphis y ha construido una estructura alegre y funcional que supone una evasión de los tonos grises habituales del las ciudades. A medida que avanza el día, la sombra que proyecta la arquitectura se desliza lentamente en el pavimento, y los habitantes del barrio pueden  descubrir nuevos patrones  en el sueloNo es una obra de arte cinética, pero le falta poco.

Pul (Piscina Urbana de Logroño), de MEII Estudio + Clara Torregrosa y Gabriel Millán
Josema Cutillas

Pul (Piscina Urbana de Logroño), de MEII Estudio + Clara Torregrosa y Gabriel Millán

Les compartimos esta reflexión: ¿cuántos espacios blandos hay en una ciudad? Ya sabemos la respuesta, o la intuimos: pocos, muy pocos. En realidad, casi ninguno. Esta piscina efímera se puede encontrar en la Plaza de las Escuelas Trevijano, y se integra en los elementos existentes, rodeando al gran árbol central. La plaza y su mobiliario urbano son rígidos y tienen una funcionalidad definida, están pensados para el tránsito y la parada breve, convirtiéndose en un espacio duro y poco amable para la relación social. La nueva piscina urbana de Logroño, con sus pelotas de pilates, sirve como punto de reunión destinado al ocio y a los cuidados.

La Rebelión del Crazy Army, por Recetas Urbanas
Alejandra Manzano

La Rebelión del Crazy Army, por Recetas Urbanas

Las Recetas Urbanas de Santiago Cirugeda funcionan. Los ingredientes, mucho trabajo, ilusión y un profundo conocimiento e investigación de estructuras que se adaptan a la orografía del terreno. El sevillano ha viajado hasta Logroño para trabajar junto a un centenar de alumnos del IES Batalla de Clavijo, en quienes, suponemos, ha plantado la semilla del inconformismo. Entre todos, con la ayuda del colectivo LaKalle, han construido dos escenarios y una pasarela de acceso al centro educativo, abriendo una entrada donde antes había una valla.

Fresa, de Oana Stanescu
Josema Cutillas

Fresa, de Oana Stanescu

Boca abajo, al revés y a una escala monumental: así es la fresa gigante diseñada por Oana Stanescu para la Plaza de Santa Ana, es un homenaje a la tierra y a las personas que ayudan a llevarla a la mesa. El proyecto está inspirado y dedicado a los recolectores de fresas y al millón de trabajadores temporeros de la agricultura de toda la UE. La estructura, en madera y resina, comparte nexos con construcciones primitivas y clásicas.

Pista Central de Tenis, de Marc Morro
Josema Cutillas

Pista Central de Tenis, de Marc Morro

Cuando Marc Morro era un chaval, una vez le tongo competir con un niño de 12 años al que sacaba varias cabezas. Aquel niño resultó ser Rafael Nadal. Aunque ese encuentro no fue definitorio en las trayectorias de ambos, Morro ha querido recuperar un deporte considerado "elitista" y llevarlo a la ciudad, en concreto, a la plaza del ayuntamiento de Logroño que se ha convertido en una pista de tenis. Una instalación de carácter efímero y callejero (pero tiene todo lo necesario, gradas, silla para el juez y sillas diseñadas por Marc para los jugadores) que se apropia del espacio en desuso para resignificarlo. Y todo con un edificio de Moneo como testigo. 

Pabellón de seda

Pabellón de seda, de Paloma Cañizares

En el patio del COAR (Colegio de Arquitectos de La Rioja), la arquitecta Paloma Cañizares ha llevado a cabo un experimento con un muy feliz resultado: construir un pabellón con 100 metros de seda rígida. Después de más de dos años de investigación y experimentación (el tejido cuenta con un baño de resina) ha conseguido dar con un nuevo material constructivo, que quién sabe, quizá acabe por sustituir los forjados, solados y al ominpresente ladrillo.