Envolver los regalos de Navidad es un arte. Y, o lo amas o lo odias. Al darle un regalo a alguien, le estamos entregando lo que sentimos hacia esa persona, por lo que es importante que el envoltorio, lo primero que se ve, esté cuidado. Aunque ahora hay multitud de puntos en sitios comerciales donde los profesionales te envuelven los regalos de forma tradicional, envolverlos tú mismo le da un toque más personal.

Todos conocemos la tradicional forma de envolver un paquete, doblando por los dos extremos el papel hacia dentro en el lado que no se ve. Sin embargo, las redes sociales nos han enseñado que hay formas mucho más originales y divertidas de presentar un regalo. Por tanto, impresionarás a quien lo reciba no solo por el objeto que regales, sino por cómo se lo ofreces. Aquí te dejamos algunas de las ideas que más nos han gustado.

1. Pliegues dobles

En este caso, en vez de hacer los pliegues del papel hacia el lado que no se ve, se hace hacia el lado principal, ya que los pliegues son los protagonistas. Se trata de hacer los pliegues dos veces en cada lado, de forma que se unen todos en el centro del regalo, donde se coloca un detalle que termina de crear un paquete precioso.

2. Sin celo

¿Hay algo más molesto que ponerte a envolver un regalo y darte cuenta de que no tienes celo? Con este método eso no será un problema, ya que gracias a los pliegues que se hacen, se crea un hueco en el unir ambos lados del papel, creando un cierre sin adhesivo necesario. Además, por la parte frontal se crean unos huecos ideales para introducir alguna decoración o la tarjeta con el nombre a quien va dirigido el regalo.

 

3. Las cintas como protagonistas

Siempre hay formas de modernizar una tradición. En este caso, el paquete se envuelve de la manera tradicional, con un papel liso, para que todo el protagonismo se lo lleve lo que ponemos encima. Hacer dibujos o patrones con diferentes cintas le da un toque tradicional, pero original. En el de la imagen, al unir una cinta verde con una cuerda, le aporta un aspecto más natural, pero se ve que hay un diseño y que nos hemos molestado en la tarea de envolver el regalo.

4. No escondas el regalo

Hay veces que por mucho que envolvamos el regalo, es evidente lo que hay en el interior. Es el caso de las botellas, que en caso de que no lleven caja, es muy fácil reconocerlas. Por eso, hay veces que es mejor intentar no enmascararlo, y presentarlo de una forma bonita aunque se vea. Aquí tienes una forma original de envolver una botella, dejando la parte superior al aire, con un lazo en la parte baja, y un lado lleno de pliegues.

5. Con muchos pliegues

Si quieres darle un toque original, y que parezca muy trabajado, los pliegues son ideales. Tan solo tienes que hacerlo primero y luego añadirlo al papel normal con el que envuelves el regalo. Si lo haces de otro color al del papel base será más llamativo. Completarlo con cintas en las esquinas y algún detalle decorativo lo convertirá en un envoltorio perfecto.

 

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