Los años 50, 60 y 70 no solo marcaron tendencia de en el mundo del diseño y la decoración, sino que transformaron la manera en la que entendemos los espacios interiores. Cada una de estas décadas aportó su propio enfoque, innovaciones y corrientes estéticas, desde la simplicidad funcional de los 50 hasta la explosión creativa de los 60 y el regreso a lo natural de los 70. Lo más fascinante es que, aunque estas décadas pertenecen al pasado, su legado sigue vivo e inspirando a diseñadores y decoradores en todo el mundo.
Nos parecen tan fascinantes que hemos decidido adentrarnos en los estilos que marcaron estas décadas, sus principales características, los movimientos que surgieron y cómo, aún hoy, seguimos inspirándonos en ellas.
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Los años 50: el nacimiento del modernismo funcional
Los años 50 marcaron el fin de la Segunda Guerra Mundial, y con ello, el comienzo de un período de reconstrucción y optimismo. En el mundo de la decoración, esto se reflejó en un deseo de avanzar hacia una estética moderna y funcional, pero sin perder el sentido de la elegancia. Este es el momento en el que el "modernismo de mediados de siglo" (Mid-Century Modern) hizo su gran aparición. La clave de este estilo estaba en la simplicidad, las líneas limpias y los materiales industriales como el acero, el vidrio y el plástico.
Una de las grandes influencias en el diseño de interiores de esta década fue el arquitecto y diseñador Charles Eames, cuyo trabajo con su esposaRay Eamesdefinió lo que entendemos hoy como mobiliario moderno. Las sillas de los Eames, con sus formas orgánicas y materiales innovadores, se convirtieron en iconos del diseño. Arne Jacobsen también fue otro nombre clave de esta época, conocido por sus sillas Ant y Egg, ejemplos perfectos de cómo el diseño puede ser funcional sin perder sofisticación.
El uso del color en los años 50 fue atrevido pero sobrio. Los tonos pastel como el aguamarina, el rosa y el amarillo pálido dominaban los espacios interiores, contrastados con el uso de tonos más fuertes como el rojo y el negro en los detalles. Este contraste también reflejaba la influencia del estilo Bauhaus, que si bien comenzó en los años 20, continuó su legado en esta época al enfatizar la forma funcional y la estética industrial.
Hoy en día, el estilo de los años 50 sigue vivo en muchas tendencias de diseño contemporáneo. El uso de mobiliario minimalista y la combinación de formas orgánicas con materiales industriales sigue siendo popular, y muchos diseñadores siguen inspirándose en las creaciones de Eames y Jacobsen.
Los años 60: psicodelia y ruptura con la tradición
Si los años 50 fueron la década de la simplicidad elegante, los años 60 fueron una explosión de creatividad y psicodelia. Esta fue una década marcada por cambios culturales y políticos profundos, que abarcan desde la contracultura hippie hasta la carrera espacial. En términos de diseño, esto se tradujo en una ruptura con las normas establecidas y una experimentación desenfrenada con colores, formas y materiales.
El estilo Pop Art, que tuvo su auge en esta década, influyó fuertemente en el diseño de interiores. Andy Warhol y Roy Lichtenstein, aunque más conocidos por sus obras de arte, inspiraron un estilo decorativo que utilizaba colores llamativos, patrones atrevidos y un enfoque lúdico. La decoración de interiores tomó prestado de estos artistas el uso de imágenes repetitivas, gráficos grandes y colores neón, creando espacios que eran tanto un reflejo del consumismo como una crítica al mismo.
El mobiliario también sufrió una transformación en los 60, con la llegada del plástico como material predominante. Verner Panton, un diseñador danés, creó algunas de las piezas más icónicas de la década, como su famosa Silla Panton, una silla de plástico moldeado de una sola pieza que se convirtió en un símbolo del modernismo futurista. Las formas geométricas, los colores saturados y la integración de la cultura pop hicieron que los interiores de los años 60 fueran extravagantes, vanguardistas y extremadamente experimentales.
Hoy en día, elementos de los años 60 siguen vigentes, especialmente en el uso del color y los patrones. El revival de los estilos retro ha llevado a que muchas de las piezas icónicas de esta época, como la Silla Panton o las lámparas de burbuja, vuelvan a estar de moda. Además, la influencia del Pop Art sigue siendo palpable en la decoración actual, con toques de humor y exageración que transforman espacios comunes en algo más artístico y provocador.
Los años 70: la era bohemia y el regreso a la naturaleza
Los años 70 marcaron un cambio significativo en el diseño de interiores, alejándose del futurismo de los 60 y volviendo a un enfoque más natural y bohemio. El movimiento hippie, que había comenzado en los 60, alcanzó su auge en esta década y tuvo un impacto duradero en la decoración. Los interiores de los 70 abrazaron la idea de la conexión con la naturaleza, utilizando materiales como la madera sin tratar, el mimbre y los tejidos naturales.
El estilo boho-chic, que se originó en esta época, sigue siendo una de las tendencias más populares en la actualidad. Este estilo se caracteriza por una mezcla ecléctica de muebles y accesorios de diferentes culturas, colores terrosos y una atmósfera relajada y acogedora. Los colores predominantes en los 70 eran los tonos tierra, como el marrón, el naranja, el verde oliva y el mostaza, que se combinaban con texturas ricas y naturales.
El diseñador y arquitecto Ettore Sottsass, conocido por fundar el grupo Memphis a finales de los 70, también jugó un papel importante en esta década. Su enfoque experimental e irreverente del diseño, combinando colores brillantes y formas geométricas, prefiguraba el posmodernismo que se haría más popular en los 80. Sin embargo, en los 70, lo que predominaba era un enfoque más natural y artesanal, con una fuerte inspiración en el movimiento Arts and Crafts del siglo XIX, que defendía la idea de que el diseño debía ser funcional, bello y estar en armonía con la naturaleza.
Hoy en día, el estilo de los 70 sigue siendo uno de los más influyentes. El auge del diseño sostenible y la preocupación por el medio ambiente ha llevado a una revalorización de los materiales naturales y los interiores más sencillos y orgánicos. Además, la estética boho-chic ha tenido un resurgimiento importante, siendo una de las favoritas en la decoración contemporánea por su capacidad de crear espacios relajados y llenos de personalidad.