El objetivo de diseño atemporal y sostenible ha estado en el ADN de Marimekko desde el principio. Año tras año la marca ha ido afianzándose en el panorama internacional siguiendo la senda que marcó su fundadora, Armia Ratia, quien creyó que el diseño sería fundamental para conseguir transmitir la alegría y el optimismo que la sociedad finlandesa de posguerra necesitaba en ese momento. En Finlandia la marca formó parte del cambio social que empezó a observarse especialmente en la década de 1960, porque en la compañía la libertad de pensamiento que flotaba en el aire se combinó con la libertad de movimiento en las siluetas de las mujeres, que las hacía más libres.
Su directora creativa, Rebekka Bay, asegura que "en Marimekko las siluetas son el lienzo del arte del grabado, lo que nos permite explorar proporciones y escalas, repetición, tacto, atemporalidad". La historia de Marimekko es también la de mujeres fuertes y creativas. Armi Ratia supo tener visión de futuro y empoderar a las mujeres a través de las prácticas empresariales. En el pasado, la diseñadora Maija Isola creó más de quinientos diseños, incluido Unikko, uno de los estampados más populares de la firma. Durante la década de 1950, Vuokko Eskolin-Nurmesniemi se saltó los códigos del vestir, tanto por las siluetas que dibujó como por sus estampados y colores vibrantes que ayudaron a la liberación de la mujer. Anikka Rimala, otro de los pilares de Marimekko, logró en los años sesenta que sus diseños protagonizaran las portadas de las revistas de moda internacional. Tiina Alahuhta-Kasko es la actual presidenta y directora ejecutiva de Marimekko, y su directora creativa, Rebekka Bay, con una brillante trayectoria en grandes firmas, sigue apostando por la innovación y la creatividad, descartando las tendencias aceleradas.