Por muy relajantes que a veces puedan resultar algunas tareas domésticas, la limpieza de la cocina, el espacio doméstico destinado a la manipulación y preparación de los alimentos, suele ser la que más pereza da. Al ser una zona que diariamente usamos (y durante muchas horas al día), suele ensuciarse mucho más frecuentemente que otros lugares de la casa. Aunque es mucho más agradable estar en una cocina limpia que en una desordenada, mantener ordenado este espacio y en perfecto estado de revista, resulta más fácil de pensar que de llevar a la práctica. Pero por motivos de orden, higiene y seguridad alimentaria, es un gesto diario e importante.
Quienes se enorgullecen de tener sus cocinas siempre limpias suelen ser constantes con una serie de pequeños hábitos que les ayudan a conseguirlo. Toma nota de estos consejos para incluir en tu rutina sin necesidad de pegarte palizas limpiando, ni perder más tiempo del necesario: