Es difícil hablar en general de la arquitectura del amplísimo territorio andaluz que, por motivos evidentes ha tenido que llegar a muy diversas soluciones en la construcción de sus viviendas tradicionales. Hay, sin embargo, ciertos rasgos que se repiten por doquier, las paredes encaladas, el sustrato arquitectónico de la cultura musulmana; el uso de galerías, solanas y secadores y la ornamentación con plantas, flores y macetas.
Entre Granada y Almería se encuentran el 95% por ciento de las 10.000 cuevas habitadas de Andalucía. Las cuevas se localizan en las laderas, vertientes de barrancos o en los montículos. Son construidas habitualmente a partir de una habitación simple de planta cuadrada. Los elementos arquitectónicos más característicos de las mismas son las fachadas y chimeneas donde la cal contrasta con el rocoso paisaje. El barrio de las casas-cueva de Guadix es un gran lugar para descubrir esta arquitectura troglodita.
Elegido por la revista National Geographic como uno de los pueblos con vistas más bonitas del mundo, Montefrío es, en sí mismo, una preciosa postal de casas blancas enmarcadas en un campo de olivos y coronado por la iglesia de la villa en lo alto de la montaña. Es este también un fantástico destino para degustar las tapas granadinas.
Pampaneira es, además de un nombre con mucha musicalidad, uno de los más bellos pueblos alpujarreños. La arquitectura alpujarreña tiene como rasgo diferencial sus cubiertas planas formadas por una arcilla que procede de la descomposición de la pizarra y que se impermeabiliza con la lluvia. El auge del turismo en este pueblo ha tenido aquí, por una vez, una consecuencia maravillosa, y es que ha supuesto un resurgir de las artesanías tradicionales del lugar. Ejemplo de ello son las jarapas, que te será fácil encontrar si visitas Pampaneira y que luego darán a tu casa la nota de color que le faltaba.
Senetil de las Bodegas es, sin duda, uno de los pueblos más bonitos (y curiosos) de España. Situado en la provincia de Cádiz, en el interior de un cañón excavado por el río Guadalporcín. En su día los habitantes decidieron convertir los huecos en la piedra en sus viviendas y así crearon un pueblo donde los las sombras bajo las que te sientas en verano a tomar algo en una terraza son la mismísima roca sobre tu cabeza. "Una alianza inverosímil entre la arquitectura y la geología", decía, en su día, el escritor Pepe Caballero Bonald de este lugar.
Níjar es un destino al que acudir para conectar con la belleza de lo sencillo y humilde. Paseando por sus calles veremos las cúbicas casas encaladas, típicas de la arquitectura almeriense, y su contraste con la piedra serrana de los monumentos como la iglesia, construida en estilo mudéjar. Es, de hecho, éste, uno de los intereses arquitectónicos de esta villa; el hecho de que en el conjunto urbano podamos ser testigos de su pasado morisco que se muestra abiertamente y sin disimulo.
Es Andalucía un territorio tan vasto como repleto de joyas escondidas. Una gran lista de "los pueblos más bonitos de..." se encuentran en sus provincias y siempre será una buena idea coger el coche y dedicarse a descubrir maravillas, y a llenar el estómago a base de tapas.