Javier Moreno y su equipo de Bambú Studio –su mujer y un diseñador más– tienen el estudio en Alcoy (Alicante), lejos de los grandes centros de decisión. Pero eso no les impide trabajar a nivel global. Que han sabido moverse lo demuestra que entre sus clientes se encuentren las firmas danesas Normann Copenhagen y Softline, así como la alemana Stilnest. El último en llamar a su puerta ha sido OTHR, empresa radicada en Nueva York y especializada en producir piezas en 3D. Para ellos han hecho el mortero de porcelana Pill, disponible en negro satinado y blanco brillo.
En contraposición a la producción en masa, la visión de OTHR es que resulta más sostenible poner en el mercado aquello que efectivamente se va a consumir. Por eso, sus lanzamientos son en edición limitada y en 3D, un campo este último en el que Moreno adquirió experiencia al inicio de su carrera en la empresa juguetera Famosa, también alicantina. Fundó su estudio en 2009, donde dispone de una impresora en 3D.
Para el diseñador, esta tecnología marca un antes y un después en la industria. "Hace no mucho llegaba a pasar un año desde que empezabas a darle vueltas a una idea hasta que veías el prototipo. Ahora puede pasar solo un día entre que se te ocurre una historia y tienes el modelo en tus manos. Parece ciencia-ficción. Aunque para mí la impresora es una herramienta más. Lo importante sigue siendo que trabajes muy bien el concepto". Otro asunto también es que la producción en 3D, dados sus elevados costes por unidad, pueda resolver la demanda de objetos de consumo de uso cotidiano.
El mortero Pill es una reinterpretación del clásico mortero de cocina. "Tratamos de romper el molde de un objeto solo centrado en la función y que se remonta a la Edad de Piedra, creando un producto simple y de formas fluidas, fácil de entender y cercano", defiende Moreno.