Los colores siempre aportan una dosis de alegría a nuestra casa, y pueden ayudarnos a levantar un espacio sin gracia o a darle una vuelta a otro que parecía condenado al ostracismo. Su potencial es asombroso, porque incluso pueden ayudarnos a dormir mejor. Y si bien es cierto que todos tienen algo y sobre todo, que para los gustos ya se sabe, también es verdad que algunos se ponen más de moda que otros.

 

En Arquitectura y Diseño hemos hecho una ardua y dificilísima labor de investigación para saber cuáles son los cinco colores que se llevan en decoración, y también, cuáles no. 

Viva Magenta por todas partes, para los más atrevidos.


SE LLEVA: EL VIVA MAGENTA

Por supuesto y como no podía ser de otra forma, el color elegido por Pantone para este 2023 es el que manda. Explosivo, atrevido, el Viva Magenta es un color que hay que potenciar en piezas elegidas, como estanterías, cojines o hasta cortinas. Aunque está claro que como el mundo es de los valientes, siempre puedes optar por un completo y apostarlo todo al Viva Magenta (nada de rojo).

El marrón y toda su gama, ha venido para quedarse.

SE LLEVA: EL MARRÓN CHOCOLATE

Ha sido un color incomprendido mucho tiempo porque no parecía "casar" con nada ni con nadie. Pero desde hace un tiempo, el marrón ha ido poco a poco haciéndose su lugar en el mundo, y los interioristas apuestan por él. Relacionado con el estilo vintage en algunas de sus versiones, es muy fácil incluirlo en casa en forma de mueble, pues es el color asociado a la madera. Pero de repente en una butaca o una pared, le da un aire de sofisticación a un espacio.

Mucho cuidado con según qué verdes.

SE LLEVA: EL VERDE MILITAR

El color considerado como el color más feo del mundo es un tipo de verde (Pantone 448C, es en serio), pero nada tiene que ver con este tono en particular al que cada vez se lanzan más interioristas. Apagado pero efectista, es perfecto para aquellos que buscan apotar un poco de color sin venirse demasiado arriba. Si quieres verde, elige esta alternativa. 

 

El amarillo siempre implica buenas vibraciones.

SE LLEVA: EL AMARILLO

El color del sol, de la alegría por antonomasia, del verano y el buen rollo, el amarillo es de esos colores que, sin buscar ser protagonista, llama la atención. Por eso hay que usarlo con mesura. Es perfecto como contrapunto a casi cualquier otro color, y en forma de alfombra, butaca o lámpara, ilumina por sí mismo un ambiente al que no sabías muy bien qué le faltaba. Ahora ya lo sabes: el amarillo.

Nos gustan casi todos los azules, menos este.

SE LLEVA: EL AZUL CIELO O AZUL GRISÁCEO

Nos encantan los azules en casi casi todas sus versiones, pero el cielo o grisáceo es posiblemente el primero que se nos viene a la mente en 2023 si pensamos en una pared o mueble lacado. Para algunos cursi o soso, resulta interesante por sus matices y sus muchas versiones. Funciona muy bien en todo tipo de interiores, pero a nosotros nos gusta cuando se le da un toque industrial. 

La tonalidad menta elegido para las puertas y las ventanas de madera es uno de los aciertos más festejados.

NO SE LLEVA: EL VERDE MENTA

Como la propia planta, el color menta refresca, transmite aire puro aunque sea en interior, y proporciona sensación de bienestar, asociada con la naturaleza. Utilizado en puertas y ventanas, es como una invitación a que interior y exterior estén en contacto de manera permanente. Hasta aquí todo bien. ¿El problema? Lo hemos visto ya demasiado en los últimos años y ha llegado el momento de olvidarnos un tiempo de él.

 

Proyecto de Patricia Bustos que forma parte del libro "El color en el diseño de interiores"

NO SE LLEVA: EL ROSA

Una auténtica La vie en rose es lo que hemos vivido los últimos 5 años. El rosa consiguió acabar con su imagen prototípica asociada a un género para ser de todos, universal y poderoso. Grandes nombres del diseño no han podido (ni querido) resistirse a este color, que consigue transmitir una sensación de tranquilidad maravillosa. No hay que ponerse límites, porque tiene la suerte de no ser un color del que te puedas cansar. Aún así, a día de hoy estamos un poco saturados y aunque creemos que ha llegado para quedarse, preferimos optar por otras alternativas. 

Interior del taller de Oliver Gustav. Muy gris.

NO SE LLEVA: EL GRIS PERLA

De tan neutral, ha dejado de ser estrella. No es que no nos guste, que aquí nos encanta la gama cromática completa, es solo que el gris ha dejado de llevarse. Resulta monótono y siempre hay que complementarlo con algún otro color si lo que se busca es realzar el espacio donde se haya apostado por este color. Es casi preferible volver al clásico y siempre eficaz blanco.

Ojo al morado puro.

NO SE LLEVA: EL MORADO PURO

El color Very Peri fue el elegido por Pantone el año pasado como el tono del año, y aunque es bonito, se corre el riesgo de acercarse mucho al morado y al final es el que se acabó poniendo en muchos casos. Error. Los tonos malvas son difíciles, pero más difícil es quitar un panelado de ese tono o volver a pintar una pared. 

Nos gustan casi todos los azules, menos este.

 

Pasa demasiado desapercibido.

NO SE LLEVA: EL CREMA

Por desgracia, es un color asociado a salas de espera, hoteles de pocas estrellas o espacios en general anodinos. El color crema es un quiero y no puedo, que pasa desapercibido y encima parece un blanco desgastado. Una mala opción que ha dejado de estar de moda después de unos cuantos años de interiores neutros y "en calma".