El lujo ya no es lo que era, ahora es mucho mejor. Atrás quedaron (por fin) los días en los que la ostentación y la extravagancia eran la clave de los que podían acceder a los espacios más exclusivos. Eso se acabó. Pero no nos equivoquemos, el nuevo lujo sigue siendo sofisticado, lo que ocurre es que esa sofisticación ahora se basa en la calidad, en la alta artesanía y en los detalles refinados que elevan no solo un espacio, sino también el alma. Como ejemplo perfecto de esta nueva realidad, hoy visitamos la recién renovada Gran Suite Dalt Vila, joya de la corona de uno de los hoteles más exclusivos y aspiracionales de la isla pitiusa, Ibiza Gran Hotel. Su nueva imagen se la debemos al estudio de la arquitecta e interiorista Sandra Tarruella, que ha sabido trasladar la excelencia mediterránea que caracteriza a este icónico hotel y practicar el lujo sereno antes mencionado.
"Como un oasis en el corazón de Ibiza", así define Tarruella la sensación que se experimenta al poner un pie en la remodelada suite, la estancia más singular del hotel considerada uno sus estandartes principales. Espacios amplios, tonos neutros y piezas únicas. Aquí ahora todo respira calma y sosiego. Pero si hay algo que destaca, y con lo que la interiorista tuvo la suerte de contar desde el principio, son sus imponentes vistas desde la terraza con piscina al lugar más simbólico de la isla, la ciudadela amurallada de Dalt Vila, de quien recibe su nombre. "Como no podía ser de otra manera nos inspiramos en ella por la belleza de sus vistas. La gama cromática de sus murallas pétreas, el blanco de sus casas y el verde del agua fueron el punto de partida para elegir los materiales", explica.
Aquí todo ha sido pensado al detalle para conseguir ese ambiente exclusivo, luminoso, cálido y elegante que caracteriza a Ibiza Gran Hotel. El cambio tenía que ser orgánico y Sandra Tarruella priorizó la ampliación de los espacios dejando una única habitación de buenas hechuras, orientando toda la experiencia visual hacia Dalt Vila en lugar de al jardín y la piscina comunes del hotel. La conexión entre interior y exterior, gracias a este nuevo enfoque, se vive de manera armónica y fluida, tanto a nivel de materiales y tonos como de experiencia. "Todo el pavimento interior y exterior es de piedra gris de Binissalem, una piedra autóctona. Al utilizar este material se reduce la huella ambiental, se preserva la identidad local y promovemos la economía sostenible", cuenta Sandra. A lo que queremos añadir que gracias a su color arena, a su textura aterciopelada y a su acabado envejecido, es un placer para ir descalzo, como si estuvieses en la playa.
Las piezas que salpican el interior de la suite son un buen reflejo de los años que Sandra lleva creando interiores sofisticados en los que combina piezas hechas a medida con clásicos del diseño tan atemporales como sus proyectos. "Se han creado piezas de mobiliario a medida manteniendo proporciones equilibradas. Buscamos crear un ambiente sereno y mediterráneo, combinando piezas de diseño con muebles diseñados para el proyecto siempre utilizando materiales nobles y toques de color", explica. Entre nuestros favoritos, la mesa de lava esmaltada que preside el comedor y que contrasta con el resto de piezas, pero, como decimos, siempre sin chillar.
Está claro que, aunque Ibiza siempre ofrece lo que se le pide, vivirla desde esta suite es hacerlo de otra manera gracias a su terraza con vistas panorámicas, un espacio outdoor de 220 metros dividido en tres ambientes: comedor, zona chill out y piscina infinity. No hay otra terraza como esta en la isla, al menos nosotros no la hemos encontrado. ¡Bienvenido!