El dosel tiene su origen en la Edad Media, como necesidad para crear un espacio íntimo. En los castillos más antiguos, señores y sirvientes dormían en el mismo salón, compartiendo el calor de una gran chimenea, pero separados por cortinajes.
Con el tiempo, los constructores de castillos empezaron a proyectar cámaras separadas para la nobleza. Sin embargo, era habitual que los asistentes compartieran la habitación por comodidad y seguridad. Ellos dormían en jergones y los señores en camas cubiertas por telas, a resguardo de todas las miradas.
Ahora, las camas con dosel se han adaptado a los tiempos, con nuevos materiales y diseños más estilizados y delicados, perfectos para el tiempo en el que vivimos. Hoy te traemos 13 ejemplos que te encantaría llevar a tu casa.
Miniguía para acertar al elegir un dosel
- Tamaño de la habitación: los dormitorios amplios con techos de al menos 3 metros pueden albergar fácilmente camas con dosel de postes altos e incluso gruesos.
- Altura mínima: si los postes son delgados y no se sobrecarga el dormitorio con otros muebles, una altura de 2,5 metros hasta el techo es suficiente.
- Cama alta: es la mejor opción si no quieres que los demás de los muebles queden eclipsados. Con un dosel alto, el dormitorio parecerá más íntimo.
- Estilo: debe armonizar con la cama y con el resto de los elementos. Si te va lo clásico busca modelos antiguos y pide a un maestro tornero de la madera una reproducción fidedigna con molduras incluidas. En cambio, para un dormitorio moderno juega con varios tonos de una gama cromática, le dará más vida y te alejas del clasicismo.
- Color: las maderas oscuras, como la caoba o el nogal, son buenas opciones en un espacio grande con techos altos.