Una vivienda para cinco personas, con mucha luz y un ambiente envuelto en suelos, panelados y muebles de madera. Así es este ático ubicado en Sarriá, Barcelona, propiedad de uno de los miembros del estudio Septiembre Arquitectura, algo que fue clave para ir cocinando a fuego lento la reforma de los espacios. "El piso llevaba ya un tiempo vacío y no había una urgencia inicial para ocuparlo. Esto permitió irlo creando poco a poco, encontrando y desgranando las ideas esenciales de las superfluas. Desdibujando las imágenes enamoradizas, de las que hoy en día estamos tan estimulados y que acaban contaminando el proyecto por estar descontextualizadas. Para quedarnos con la esencia, la relación entre los espacios, la configuración del edificio con sus ventajas y sus condicionantes, la funcionalidad, la eficiencia energética, la estética y un especial mimo en los detalles", explican desde el estudio.
El punto de partida era un ático a tres vientos, de planta casi cuadrada y con grandes ventanas que permiten vistas al mar, a la ciudad y a la montaña. La estructura original, pensada para una vivienda para cinco personas, fue respetada, manteniendo dos cuartos de baño en el centro que separan las diferentes zonas. En todo el piso hay un lenguaje común en cuanto a materiales. La madera se convierte en absoluta protagonista, empezando por los suelos de parquet recuperados y siguiendo por los panelados, muebles y estanterías a medida.
Entre las piezas creadas, el sofá del salón es uno de los grandes protagonistas, por su carácter modular, su gran amplitud y su espacio de almacenaje. La gran calidez de los espacios se completa con un diálogo con la esencia original de la vivienda, con elementos como los pilares de hormigón a la vista o la chimenea renovada en el salón. La eficiencia energética también se ha contemplado en la renovación, protegiendo a la vivienda de las pérdidas de calor a través de nuevas carpinterías, toldos exteriores, persianas y aislamiento térmico del techo.