En el madrileño barrio de Chamberí se encuentra este pequeño piso que llevaba más de 30 años cerrado. Además de humedades y polvo, tenía una distribución antigua con tres habitaciones, salón, comedor, baño y cocina. Al ser un primero y tener una distribución muy compartimentada, tenía un pasillo largo y era bastante oscuro, pero la arquitecta Alai Zarranz, en colaboración con Zar Edition, ha conseguido darle una nueva vida con una reforma total, en la que se ha sacado todo el partido a sus techos de tres metros de altura y a la estructura de hierro que permitía eliminar todos los tabiques para generar una sensación total de amplitud.