10 arquitectos se tiran a la piscina
Abiertas para todos los públicos y con la firma de renombrados estudios
Un gran universo blanco, de Jean Nouvel
Les Bains des Docks (2009) es un enorme centro acuático en Le Havre, Francia, diseñado por Jean Nouvel. Sus 5.000 metros cuadrados comprenden 12 piscinas, incluida una exterior de 50 x 21 metros, un spa y un gimnasio. Su interior está cubierto de un mosaico de pequeños azulejos blancos, en vivo contraste con el colorido de una suerte de cueva-zona de juegos creada junto a la piscina de niños. "Es una paradoja que una obra de dimensiones portuarias inspire simplicidad y robustez a un mismo tiempo", explica el arquitecto. "Uno entra en un universo de profunda blancura".
La inmersión en la naturaleza de Álvaro Siza
Las piscinas de mar en la playa de Leça da Palmeira, en Matosinhos, junto a Oporto (Portugal), se inauguraron en 1966 junto al restaurante Boa Nova. Ambas son obras de Alvaro Siza, oriundo del lugar, que heredó el proyecto de su maestro Fernando Távora. Conocidas también como las Piscinas de las Mareas, con una destinada para adultos y otra para niños, se ha convertido en un icono de la arquitectura por su sabia integración en el paisaje. Se emplazan a lo largo del paseo marítimo, dispuestas con unas líneas de arquitectura muy bajas para no interrumpir la vista al mar. "La relación entre naturaleza y construcción es decisiva en arquitectura", reflexionaba el portugués sobre el proyecto. "Esta relación es para mí una especie de obsesión; siempre fue determinante en el curso de la historia y, a pesar de ello, hoy tiende hacia una extinción progresiva". En última instancia, su objetivo era construir algo "que hubiera podido estar ahí antes". Dado que en aquel momento no era posible hacer un análisis topográfico exhaustivo, Siza pasó largos días marcando la localización exacta de las formaciones de rocas, para llegar al diseño más respetuoso posible con el lugar.
El gran espacio orgánico de Dominique Coulon
En 2015 el estudio Dominique Coulon et Associés renovó en Bagneux, un municipio a las afueras de París, unas viejas instalaciones anteponiendo un rotundo cuerpo de hormigón armado frente al muro de vidrio que encierra el gran espacio de la zona de baño. Su forma de pórtico sirve de acceso principal al recinto y crea una nueva zona de solarium, otra de saunas y hammam, y una piscina infantil de formas orgánicas separada de la zona deportiva. Para integrar el antiguo volumen de hormigón con el nuevo, la fachada del cuerpo antiguo se trató con un sistema de aislamiento térmico, acabado con un fino raseo de hormigón, destacando así la pureza de los volúmenes.
El recinto elegante y respetuoso, de Vier Arquitectos
La piscina municipal de Toro (Zamora) la construyó en 2004 el estudio Vier Arquitectos tras ganar el concurso público convocado al efecto. Se trata de un elegante edificio austero que sabe dar continuidad expresiva, en clave moderna, al legado patrimonial de la zona. Su figura y disposición, así como la textura de los muros y su color, aunque libres de elementos ornamentales, siguen pautas compositivas de la arquitectura monumental de Toro. El carácter cerrado y severo del centro en el exterior contrasta con la imagen que aparece en cuanto se traspasa el umbral: sus espacios cuentan con iluminación y ventilación directa a través de patios interiores que, además, permiten el control visual de los recintos, haciéndolos transparentes u opacos según convenga.
Un gran espacio respetuoso con la historia, de Veauthier Architekten
La piscina Finckelsteinallee, cercana a Berlín, reabrió sus puertas en 2014 como espacio público después de un certero trabajo de restauración a cargo del estudio Veauthier Architekten. Los baños, inaugurados en 1938, se construyeron en un cuartel militar y sirvieron como centro de entrenamiento para los soldados de las SS. De 25 x 50 metros, su piscina principal era la más grande y moderna de Europa. Después de la guerra la utilizaron las tropas aliadas y su mal estado hizo que se acabara cerrando. Los trabajos para convertirla en piscina pública incluyeron la recuperación de la envolvente original, así como una nueva cubierta para el vestíbulo principal de la piscina, que devuelve al edificio su sentido espacial original. Los elementos históricos supervivientes, como los relieves y las superficies de piedra y mármol, se conservaron en lo posible.
La piscina-lago de Herzog & De Meuron
Que las piscinas naturales están ganando popularidad se demuestra con el hecho de que empiezan a construirse para todos los públicos, no solo en viviendas privadas. Esta de 2014 en Rihen (Suiza) es una obra de Herzog & De Meuron. Creada sobre el diseño de las tradicionales piscinas de madera de la zona, ofrece la sensación de zambullirse en un lago al limpiarse con plantas y gravas en vez de con cloro. Los arquitectos ya ganaron en 1979 un concurso para hacer ahí mismo una piscina, espinita que se quitaron con este valiente proyecto.
El gran centro acuático de DRD Architecture
Entre las carreteras y el río Eure, entre las vías del ferrocarril y el centro de Louviers (Francia), el estudio DRD Architecture levantó en 2011 un centro acuático a partir de una pared periférica para contener y proteger la obra. Detrás de sus listones de madera, los volúmenes y el público fluyen sin entorpecerse, dejándose llevar por las rampas y puentes que van revelando la presencia del agua.
Un ejercicio de amor de Álvaro Siza
El centro deportivo Parc Esportiu del Llobregat (2005), en Cornellà –a las afueras de Barcelona–, es otro ejemplo de la excelencia constructiva de Alvaro Siza. El complejo está formado por un grupo de grandes volúmenes entrelazados de hormigón blanco y limpio perfil. Sus rampas y líneas curvas vuelven a evocar un relieve topográfico, integrado en el lugar. El tambor ovalado alberga la piscina de natación, iluminado por una luz cenital que se cuela por los tragaluces que salpican la cúpula del techo, así como por la que llega desde los ventanales que la separan de la piscina exterior. Ambas combinan, según su creador, un ejercicio de responsabilidad pública con una demostración de amor por el ser humano.
El club del muelle, de BIG
El estudio danés BIG (Bjarke Ingels Group) recibió el encargo de diseñar en el Muelle de las Islas de Copenhague (Dinamarca) un club social que albergara tres saunas, una pequeña dársena, vestuarios y zonas comunes para la reunión de sus miembros. Surge anexa a los Havnebad, plataformas que permiten el baño en el canal y abiertas solo durante los meses de verano. Su ampliación permite que se disfrute de ellas todo el año; una cubierta inclinada sirve de resguardo en invierno y de pequeño anfiteatro con el buen tiempo. Se trata de un escenario urbano que dota de nueva vida al muelle; una infraestructura social se superpone a otra portuaria.
Rodeada de montañas. Un proyecto de NAU architecture y Drexler Guinand Jauslin Architects
Se trata de otras viejas instalaciones a las que dos estudios puestos en común, NAU architecture y Drexler Guinand Jauslin Architects, han sabido devolverle la vida desde una óptica contemporánea. Situadas junto al lago Géronde, en Suiza, cuentan con nuevos accesos al mismo flanqueado de plantas autóctonas. Un nuevo paseo lo bordea integrado en las piscinas, así como un tobogán acuático que hace las delicias de los más pequeños. La belleza del paisaje circundante propició que la intervención fuera casi invisible.